Como todos los años, Nikolaus ha hecho un hueco en su apretada agenda para venir a vernos y celebrar con nosotros el inicio de la Navidad. Sin duda, se trata de uno de los días más emocionantes del año, en el que niños y adultos nos contagiamos de la magia de la Navidad.
Durante la celebración, los pequeños cantaron villancicos navideños tradicionales alemanes y entregaron a Nikoalus dibujos, galletas y otros manjares elaborados por ellos mismos. Nikoalus, por su parte, vino cargado de dulces, frutos secos y chocolate, que depositó en las típicas Nikolaussäckchen de cada alumno.
¿Sabes cuál es el origen de la tradición de Nikolaus?
El origen de todos los cuentos alrededor de este personaje, se basa en Nicolás de Myra, un obispo de Licia en Turquía que falleció el 6 de diciembre del año 343. El joven obispo participó en el primer concilio de Nicea en 325 y en la Iglesia de Oriente le veneraron como un santo desde el siglo VI, porque dicen que siempre había cuidado a los pobres y a los niños trayéndoles, en secreto, regalos por la noche.
Desde Asia Menor, su popularidad se extendió al Sacro Imperio Romano de la nación alemana y el resto de Europa. Ya en la Edad Media se regalaba algo a los niños, pero también a pobres y sirvientes, el día 6 de diciembre como parte de este culto.
En la actualidad, en la noche al 6 de diciembre, los niños ponen sus botas fuera de la puerta de la casa: Si han sido buenos se llenan sus botas con dulces, naranjas, mandarinas, galletas y un Nikolaus de chocolate o, en el caso de haber sido malos, se pone una varita o caña.