Historia
Marco histórico-social
Con el boom turístico de la década de los sesenta del pasado siglo y la inusitada actividad que adquirió el Puerto de Luz, sobre todo después del cierre del Canal de Suez, la ciudad de las Palmas de Gran Canaria tuvo una época de especial atracción económica. Muchas empresas extranjeras se asentaron en la ciudad y con ello un importante número de niños por escolarizar en demanda de colegios bilingües. De otro lado, acorde a los nuevos tiempos que se vislumbraban, en algunos sectores canarios se echaba en falta la presencia de colegios de este tipo. Así, esta demanda motivó la aparición de nuevos centros educativos privados, como el Colegio Sueco, de especial recuerdo por la importancia de esta colonia en aquellos momentos, y el propio Colegio Heidelberg, que en los dos primeros años parecía una pequeña representación de países, a tenor de las distintas nacionalidades de muchos de sus alumnos.
Acto de colocación de la primera piedra del Colegio Heidelberg en Barranco Seco en 1972
Los comienzos
Aunque en su momento el hecho pasó desapercibido, en 2007 el Colegio Heidelberg cumplió su 40 aniversario. El colegio abrió sus puertas en el mes de agosto de 1967, producto de la feliz iniciativa privada del matrimonio formado por D. Fernando Revuelto y Dña. Erika Herrmann quienes aquel año alquilan un caserón en Ciudad Jardín inaugurando el Heidelberg Schule, frente al colegio de las Teresianas. El centro escolar ocupaba un solar de unos 1.500 m2, con una señorial construcción a dos plantas, dando la fachada a Pio XII y los laterales a las calles Rubén Darío y G.Miró. Allí estuvo el Colegio durante casi siete años.
En solo dos meses el Kindergarten del Heidelberg ya pasaba del centenar de alumnos. Dos años más tarde, en el curso 69-70, se lograba la autorización oficial para impartir los estudios de E.G.B. Al plus que suponía el estudio del idioma alemán, el Colegio sumaba otras actividades que despertaban interés en algunos círculos de la sociedad de entonces; entre otras: la celebración del laterne, el carnaval, las fiestas para padres, los talleres de manualidades, la educación vial, las visitas culturales y los intercambios de alumnos con centros de Alemania. El Heidelberg Schule tuvo éxito; tanto que, en solo tres años, las instalaciones ya no podían acoger a más alumnos. La solución pasaba por un cambio a mayores y mejores instalaciones. Como consecuencia de este hecho, a finales del 71, un reducido grupo de padres y el hasta entonces propietario del Colegio constituyeron la Sociedad Anónima que posibilitaría la construcción del nuevo centro y la inversión en dotación material. La Formalización de la Sociedad se realizó ante el notario Die Lamana en la tarde-noche del 12 de noviembre de 1971, siendo su primer presidente D. Bonifacio Villalobos Guerrero y su secretario D. Juan Pedro Siemens Hilleke.
Imagen del primer edificio
del Colegio Heidelberg
construido en Barranco Seco
Una nueva etapa
Casi simultáneamente a la Formalización de la Sociedad se adquieren los terrenos de Barranco Seco. El Colegio Nuevo se edificaría entre 1972 y 1973; constituido por un edificio circundado por tierras sin asfaltar y diseñado para 320 plazas escolares, tope máximo al que se aspiraba. A mediados de enero del 74, en singular y emotiva jornada, se procedía al traslado de Ciudad Jardín a las Nuevas Instalaciones.
En aquel mismo año del traslado se produce el relevo en la Dirección del Colegio, ocupando el cargo D. Miguel Solaesa Gonzalo, hecho éste que tuvo una decisiva trascendencia para el Heidelberg. Con muchos esfuerzos y saber hacer, a pesar de los inconvenientes, el centro escolar dio un salto gigantesco, duplicando incluso su número de aulas. Fueron tiempos difíciles por las cuantiosas deudas que sumaba la incipiente Sociedad Anónima debido a las cargas que supuso la primera construcción, temiéndose entonces el desenlace de una quiebra económica por las complicadas perspectivas que se tenían si nuevos accionistas no apostaban por la Sociedad. Hubo que trabajar muy duro para que el Heidelberg se hiciese un hueco ante otros colegios con mejores instalaciones, recursos y, sobre todo, accesos.
Sin embargo, el Heidelberg a pesar de sus escasas instalaciones, perdido entre las fincas de plataneras de entonces y con polvorienta carretera, ya empezaba a ser reconocido en pequeños círculos ciudadanos y su excelente labor educativa motivó que la demanda de plazas escolares comenzara a dispararse. A finales de los setenta el Colegio ampliaba sus instalaciones con la primera fase del actual edificio de Primaria. Con la incorporación de nuevos accionistas el panorama económico tomó otro cariz. En la década de los ochenta el Centro lograría su expansión, la terminación del edificio principal y, lo más importante, el reconocimiento en la sociedad canaria.
Fotografía del personal
del Colegio Heidelberg
tomada en 1980
Una formación moderna e innovadora
El Heidelberg en el curso 82-83 ya completaba todos los niveles escolares, desde Kindergarten hasta C.O.U. (actual 2º de bachillerato). A partir de ese momento se tomaron otros retos: la construcción del nuevo Kindergarten, la ampliación de nuevas aulas técnicas – laboratorios, aulas de informática – y la renovación de las áreas de deportes. En este punto es de señalar que el Colegio fue de los primeros centros escolares en incorporar nuevas actividades y recursos en la encorsetada educación que se estilaba en Canarias en aquellas primeras décadas de la segunda mitad del siglo XX. Así, el Heidelberg fue pionero en incorporar las actividades extraescolares, en impartir clases de informática antes de que los PC llegasen a los hogares canarios – incluso, más tarde, llegó a ser Servidor de Red en la entrada de Internet en Canarias – y en preparar Semanas Culturales que complementaban la educación que se buscaba en el Heidelberg. En aquella década de los ochenta se realiza una decidida apuesta por el mundo del deporte que llevó al Heidelberg a crear una de las estructuras deportivas más importantes del Archipiélago, actividad ésta que contribuyó bastante a expandir su nombre. En 1986 se consigue impartir el Bachillerato Internacional y por aquellos años se accede también al Certificate Advanced of Cambridge, además del Deutsches Sprachdiplom. Con todo, los fantásticos resultados escolares de sus alumnos en las pruebas objetivas de la Selectividad de entonces avalaban a este pujante colegio que siguió despertando la curiosidad en muchos ámbitos.
Bonifacio Villalobos,
Primer presidente
de la Sociedad
Consolidación
Ya en los noventa vino el asentamiento económico y la culminación de las obras de modernización del Colegio; así se construían las clases de colores que albergarían a la primera promoción de niños de tres años, la nueva Recepción, la Sala de Conferencias e incluso se amplia el área de las oficinas. En otro orden, aparece la Escuela de Música y se potencia el Club Deportivo.
Casi entrando en el nuevo milenio se adquirieron los terrenos situados frente al Kindergarten, permutados parcialmente con posterioridad por el campo de fútbol hasta entonces propiedad de la U.D. Las Palmas – en el 2000 se le dotaría de césped artificial de nueva generación- y en el verano de 2006 se terminaba la construcción del Polideportivo Cubierto que ha dado un salto de calidad al área de Educación Física y Deportes, además de ser escenario de otros actos académicos.
Fotografía de la
primera promoción
del Colegio Heidelberg
La Obra de todos
Evidentemente, el Colegio Heidelberg es producto de una ingente labor en la que han intervenido numerosas personas, desde los diferentes estamentos, como los integrantes de todos los Consejos de Administración (en algún caso con importante aportación económica del propio peculio, como fue el del ya tristemente fallecido D. Manuel Betancor) y las diferentes A.M.P.A.A. En lo cotidiano y como eje central de la educación, la inestimable labor del profesorado y, en gran medida, la buena gestión llevada a cabo por los equipos directivos liderados por D. Miguel Solaesa Gonzalo, D.Guillermo Escalza Vitini, D. Miguel Ángel Montenegro Larrán y, en la actualidad, por D. Ignacio Hernández Antón, quien afronta al presente y se prepara para el futuro apostando decididamente por las nuevas tecnologías, la proyección internacional, la promoción de la salud a través del deporte y los buenos hábitos, y, sobre todo, por fomentar un excelente clima de convivencia mediante la educación en valores y por seguir cultivando el sentimiento de comunidad y pertenencia que tanto caracteriza a la institución.
Imagen de la Ludoteca
construída en el año 2016
Homenaje, pues, a los accionistas pioneros, a los que les han precedido y que han confiado en el Colegio Heidelberg, y especialmente a todos aquellos que han dedicado muchas horas de su tiempo libre en puestos de mucha responsabilidad en los distintos estamentos de la Sociedad Anónima. Todos ellos, desde una u otra perspectiva, han dejado una huella imborrable en los que hemos conocido la labor que han desempeñado en este colegio. Sentido homenaje, también, a los profesores que creyeron en un nuevo modelo y estilo de educación, profesionales que tomaron esta iniciativa educativa como propia y que han dejado buena parte de sus vidas en este entrañable barranco, sobre todo a aquellos que en los tiempos heroicos tuvieron que hacer todo tipo de labores por hacer realidad el colegio. Y, cómo no, a todos los alumnos que se han formado en el Colegio Heidelberg y que hoy son sus máximos valedores.
Imagen tomada durante la
inauguración del Pabellón
Deportivo en el año 2009